Discurso de Clausura del MFH 2005 I
03 de Junio de 2006
Prof. Pedro Castellano Masías
Director del Programa
Sr. Director de la Escuela de Postgrado, Dr. Gonzalo Galdos,
Sr. Director de EOI, Prof. Fernando Corral,
Sra. Jefe de Secretaría Académica EPG-UPC, Gabriela Cornejo,
Sras. Y Srs. Invitados,
Estimados alumnos y amigos,
Esta oportunidad tan importante y significativa para todos nosotros coincide con la ratificación por el Congreso de la República del Tratado de Libre Comercio celebrado con los Estados Unidos de Norte América.
Esta coincidencia resulta particularmente relevante porque el impacto en la economía nacional puede ser mayúsculo y el rebote de dicho impacto recaerá en nuestras empresas y en nuestras responsabilidades directas como ejecutivos, como profesionales y como líderes.
Hasta el momento se han establecido numerosos debates sobre las oportunidades que se abren a la economía nacional y de las oportunidades para el desarrollo de las empresas peruanas que sean capaces de construir ventajas competitivas sostenibles.
Los debates se han centrado en las predicciones asociadas a la producción y la rentabilidad. También han tenido un espacio importante en el debate las consideraciones filosóficas y políticas relativas al tipo de sociedad que deseamos y que estaría representándose en el TLC. Las ideas expuestas hablan de liberalismo económico o hablan de protección estatal.
Lamentablemente muy poco se ha discutido a lo largo de estos tiempos sobre los impactos y los desafíos en términos del Factor Humano. No me cabe duda que esta afirmación puede sorprender a algunos de ustedes ya que en esta Escuela si hemos dialogado al respecto. Pero no ha sido así en espacios más amplios de discusión y debate nacional.
No obstante, luego de mantenerse un relativo silencio sobre el tema, vemos ahora que se empiezan a manifestar – más vale tarde que nunca – las preocupaciones, demandas y desafíos que las diferentes dimensiones del Factor Humano plantean para el desarrollo. Específicamente, encontramos ahora que el Congreso Americano y analistas Americanos plantean serias dudas y reparos sobre la conveniencia de un TLC con el Perú debido a las condiciones laborales de los trabajadores peruanos.
Inmediatamente se han hecho oír las voces de representantes de los gremios empresariales diciendo que se tiene que entender la realidad peruana y no pretender imponer en el Perú condiciones laborales que no sean realistas.
Lo primero que se me viene a la mente es pensar que si vamos a alcanzar un nivel de desarrollo mayor; pues deberíamos aceptar también el reto de ofrecer mayores beneficios a los trabajadores que van a efectuar dicho desarrollo.
Ante las preocupaciones expuestas por diferentes actores del mundo empresarial, el día de hoy se ha publicado en Día-1, suplemento de economía y negocios del diario El Comercio, un artículo titulado “El TLC Laboral”, escrito por nuestro profesor Dr. Jorge Toyama – reconocido abogado laboralista.
Jorge nos recuerda entre otras cosas que este TLC no trae incrementos en los derechos o beneficios laborales. Tampoco los reduce en forma alguna. Lo que si trae en este tema el TLC es el compromiso de cumplir y hacer cumplir los derechos fundamentales de los trabajadores tal como han sido definidos por la OIT.
Es decir, el Perú se compromete – nuevamente – a cumplir con los derechos básicos de los trabajadores, derechos tales como:
La libre asociación de los trabajadores; es decir, los trabajadores no deberían sufrir acoso por su deseo manifiesto de afiliarse a sindicatos o por su deseo de crearlos.
Los derechos de negociación colectiva deben ser respetados, protegidos y alentados por el Estado.
El trabajo forzoso debe prohibirse y los malos tratos deben además, penalizarse y eliminarse.
El trabajo infantil debe también evitarse, especialmente en condiciones inadecuadas.
La discriminación en el empleo es una práctica que debe desaparecer. No debe discriminarse por religión, raza, género, cultura, edad, etc.
Debe respetarse la jornada de 8 horas de trabajo … y además … aunque usted no lo crea, deben pagarse.
etc.
En muchas empresas peruanas, lamentablemente, muchos de estos derechos son violentados. Los ejecutivos demandan dedicación, trabajo eficaz y eficiente, compromiso con los objetivos institucionales … pero incumplen de manera estructural con los derechos de sus trabajadores.
No tengo que recordarles a ustedes que el capital más importante de una empresa es su personal … no tengo que recordarles a ustedes que lo más valioso en la organización es la gente … no tengo que recordárselo porque ustedes lo saben; yo los conozco a ustedes.
Pero no basta actuar de manera correcta. Más allá de lo que cada uno de nosotros hace en el liderazgo de su empresa y de sus equipos; está nuestra responsabilidad social. Nuestra responsabilidad para con el país.
En las noticias de este fin de semana, y no me refiero a la derrota del equipo Brasilero, tuvimos la oportunidad de ver que en una empresa constructora – aquella que tiene a su cargo la construcción de la carretera interoceánica – a los trabajadores se les tortura a latigazos.
Según declaraciones de los testigos, los trabajadores que cometen faltas como “llegar tarde” son flagelados por órdenes de un Ingeniero que antes trabajaba en una empresa minera.
No quiero repetir el nombre de la empresa constructora, ni de la minera, involucradas porque supongo que no fue allí que aprendió semejantes prácticas este Ingeniero.
Pero lo que sí quisiera traer a colación es la actitud que refleja este caso. Si bien es cierto … imagino que casos de tortura física deben de ser casos excepcionales en las empresas peruanas … los casos de tortura psicológica no lo son tanto. Nosotros hemos visto en clase muchas experiencias recogidas de la realidad del trabajo que nos hablan de ello.
En esta oportunidad quisiera llevar la reflexión un poco más lejos. Quisiera compartir con ustedes un desafío que personalmente considero vital. Si el Perú va a desarrollarse, si el Perú va a convertirse en un foco de crecimiento económico y desarrollo tecnológico … Oj-Alá … lo hagamos con humanismo … Oj-Alá lo hagamos con el fin de maximizar la felicidad de todos los actores involucrados.
Con demasiada frecuencia encontramos que las empresas se manejan como máquinas sin alma ni corazón; cuando todos “sabemos” que las empresas están constituidas por seres humanos llenos de sueños y deseos de vivir plenamente.
Con demasiada frecuencia encontramos que los gerentes nos limitamos a tratar con “trabajadores” y nos preocupamos poco de brindarles amor. Sólo nos limitamos a plantear mecánicamente objetivos y recompensas que “motiven” al personal. Pero no integramos en la experiencia de trabajo las razones y motivaciones de convivencia humana.
Semejante visión mecánica de la vida organizacional expresa una cultura vacía de humanidad. Muestra una cultura donde lo material ha tomado control de la vida, reduciéndola a una mera reproducción conductual. La vida humana va perdiendo así la maravilla que la ilumina, la vida humana va perdiendo así la divinidad de su esencia.
Si vamos a cambiar el camino … si vamos a construir un desarrollo … no sólo económico y tecnológico … sino un desarrollo humano; tendremos que incluir en la ecuación a la vida. Tendremos que incluir en la ecuación al ser humano. Tendremos que incluir en la ecuación a la expresión más distintiva del ser humano … tendremos que incluir en la ecuación al Amor.
Y … les pregunto … una vez más … ¿Le han dicho hoy a su personal que lo aman? ¿se acuerdan que se lo pregunté antes, en clase?
Si no lo han hecho ¿Qué pasa? ¿Por qué se nos hace tan difícil decir a las personas que las amamos?
¿Será que no está de moda decirlo? … ¿Será que no es muy gerencial decir que se ama? pero aún … ¿Será que no amamos a nuestra gente?
Espero que ese no sea el caso y que encontremos formas creativas de brindar nuestro amor a las personas con las que compartimos la vida y el trabajo.
Estimados alumnos, quiero decirles en esta oportunidad que los amo. Los amo con todo mi corazón. Aunque los he invitado a tratar a sus trabajadores con amor y he tratado de brindarles mi amor … no he sido del todo explícito … los amo y los seguiré amando; se los prometo.
Quisiera decirles que quiero entender el amor como la expresión de una actitud afirmativa. Quiero entender al amor como nos enseñó Erich Fromm, como una actitud hacia la vida, construyendo con esa actitud una unión con los demás de manera que les prestemos nuestro cuidado, que asumamos la responsabilidad por su desarrollo y felicidad, que les brindemos nuestro respeto íntimo y que procuremos conocerlos de modo que podamos ofrecerles lo que les resulte más valioso en la construcción de su futuro y de su felicidad.
Y siguiendo esta línea de pensamiento les ofrezco mi amistad y compañerismo con Fé en las amorosas transformaciones que van a generar en el mundo laboral y con el Coraje de acompañarlos en las sendas difíciles que les van a tocar a lo largo del camino.
Les ofrezco, desde este atril, mi interés en sus proyectos, mi conocimiento para apoyarlos, mi alegría para contagiársela, mis penas para prevenirlos, mis ilusiones para inspirarlos, mi energía para acompañarlos.
La Hermandad de Másters en Dirección del Factor Humano los acompañará para siempre. Esta Escuela, formada por ustedes, sus colegas, sus maestros, y todos los equipos que la integran; estará siempre a su servicio.
Estimados amigos, que el éxito los acompañe y que el amor los alimente.
Los amo!!!
PCM / Julio 3 de 2006.
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